viernes, 12 de febrero de 2010

La niña del río

La niña tenía doce años, pero a pesar de su corta edad ya se adivinaban las curvas de la que iba a ser una de las jóvenes más bellas del pueblo. Se sentía segura de sí misma y, a pesar de que siempre le habían dicho que tuviera mil precauciones al acercarse al río, ella no entendía el por qué.
Estaba dispuesta a intentarlo, no le quedaba otra, tenía que cruzarlo a toda costa o sus padres se verían con el agua al cuello en cuestión de horas.
No podría imaginar que un río tan perfecto, que conducía el agua mansamente hacia la desembocadura en el mar, pudiera hacerle ningún daño.
Él la observaba desde la orilla, escondido entre los helechos, su respiración agitada le indicaba que había llegado el momento por el que había estado esperando tanto tiempo. No iba a tener piedad y se arrepentirían de todo el daño que le habían causado.
Ella se adentraba en el río con precaución, sintiendo el frío del agua al rozarle su suave piel, y en ese momento comprendió el porqué de los miedos de sus padres. Ya no había marcha atrás, el agua le llegaba a la cintura y apenas podía defenderse de sus... Mientras, observaba como los ojos hinchados de sangre y maldad le decían ...

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