viernes, 12 de febrero de 2010

El viaje

Llevaba mucho tiempo desempeñando ese trabajo. Se había acostumbrado a pasar desapercibido entre el resto de las personas. No sé porqué, pero hay trabajos que hacen que te sientas como si no existieras para los demás.

Tú estás ahí, desempeñando una función, paseando y vigilando para que los demás estén seguros, al menos en el sitio en el que personas como yo desempeñamos el trabajo de vigilancia. Siempre he trabajado en el turno de noche, llega un momento en que te acostumbras a ese horario, a ir en contra de lo que es el tempo normal del resto del mundo. Paseas entre ellos, vas absorto en tus pensamientos, se cruzan contigo, te rozan a lo más, pero es como si el viento soplara un poco más fuerte de lo normal.
Me ofrecieron muchas veces trabajar durante el turno de día, mis jefes decían que no era una persona muy sociable y que necesitaba relacionarme un poco más con las personas y compartir mis pensamientos con ellos. Nunca acepté, no trabajaría nunca de día, ni por todo el oro del mundo. “Es raro, pero tengo la sensación de que hoy hay más claridad de lo normal”.
Las cosas últimamente se están poniendo muy complicadas en mi zona de trabajo, todos hablan de cambiar de puesto, tienen miedo, se han escuchado demasiadas noticias acerca de asesinatos de trabajadores en polígonos industriales a altas horas de la madrugada, a manos de bandas, peleándose por un barrio, para poder desempeñar sus “trabajillos de extorsión y venta de drogas” y además, en muchos casos mis compañeros tienen familia. Yo no le doy mucha importancia a los comentarios que hacen acerca de la inseguridad de la zona, me parece que exageran.
Es raro: ¿qué hago yo trabajando de día? Hay demasiada claridad y siento como si hubiera perdido peso.
Hoy no tengo sueño, ni hambre, ni…

0 ):

Publicar un comentario