viernes, 12 de febrero de 2010

El destino

Me levanté, como cada mañana, siguiendo la misma rutina diaria. Me duché, tomé el café y encendí la radio para irme poniendo al día de lo que pasaba por el mundo.

Cuando salí de mi ciudad para llegar hasta donde quería profesionalmente, no imaginaba que llegaría a aburrirme de esta manera. Cada día es lo mismo, siempre el mismo tipo de noticias, estoy asqueado de este trabajo.
Echo mucho de menos a mi familia, a mis padres que, como cada mañana, se acercaban a la panadería, bien temprano para que tuviera siempre en la mesa de madera rústica, que teníamos en la cocina, unas tostadas recientes, hechas con ese pan que nunca más he vuelto a encontrar en ningún sitio. Recuerdo con enorme cariño los paseos que daba con Marisol hasta la entrada a la ciudad, donde siempre acabábamos sentándonos en el mismo banco y hablando sobre lo que nos gustaría hacer cuando fuéramos mayores. Echo de menos a mi perra Linda, con la que jugaba por las tardes en los prados de mi padre. En fin, que en cuanto pueda volveré a mi ciudad y dejaré atrás este bullicio de ciudad y encontraré la tranquilidad tan ansiada.
Entro en los estudios y me dirijo a maquillaje para prepararme antes de ver el guión de lo que tendré que decir.
¡Buenos días! y suelto la parrafada de turno sin emoción ninguna…De repente, observo un gran alboroto detrás de las cámaras, con mucha gente corriendo de un lado para otro y con las caras desencajadas… Me entregan un comunicado de última hora. Ha ocurrido un desastre geológico en la zona de… El epicentro del terremoto se ha identificado más concretamente en la ciudad de… “Nunca más volveré a comer esas ricas tostadas”.

0 ):

Publicar un comentario