lunes, 8 de marzo de 2010

El nuevo vecino

Se habían presentado ya hacía unas semanas. A Óscar siempre le había gustado tener un vecino cerca para poder charlar y compartir momentos con él.
Suele surgir de forma espontánea, pero esta vez no fue así, ya que Timoteo, el nuevo vecino, no le había dicho cual era su profesión. Óscar pensó, que se lo diría más tarde, en otra ocasión, según fueran conociéndose mejor y hubiera más cercana entre los dos.
Pero, el interés que tiene el ser humano, en averiguar la vida de los demás, a veces suele ser peligroso, porque nos empeñamos en intentar averiguar cosas, que, por otro lado, no nos interesan para nada, ni van a cambiar nuestras vidas en modo alguno.
Y esto le pasó a Óscar, no pudo evitar la curiosidad, que le estaba comiendo por dentro y claro, se propuso averiguar, que era eso, que a su vecino, tras varias semanas, no era capaz de contar y que hacía que pareciera más distante de lo habitual en un vecino.
Solía llegar a su casa, casi siempre de madrugada, con diferentes coches, que por cierto, eran bastante grandes y siempre con la parte trasera de los mismos, con los cristales ahumados.
No es que Óscar estuviera pendiente, de a qué hora llegaba su vecino cada día, pero tenía por costumbre, cuando no podía dormir, acercarse hasta la ventana del cuarto de invitados, que daba a la calle principal, donde se aparcan los coches, para fumarse un cigarro, contemplaba pasar la noche, en su tranquilidad y viendo, cuando hacía aire, cómo se movían las ramas de los árboles. A Óscar, siempre le gustaba la paz, que se respiraba en las noches de verano, cuando al abrir las ventanas, uno podía intuir, lo que se estaba haciendo en el interior de las casas de los vecinos, de la urbanización.
Una noche, pudo comprobar, cómo todas las sospechas que tenía, acerca de Timoteo, no eran más que fundadas y estaban precocinadas en el interior de su subconsciente. Pudo ver, cómo al llegar su vecino, éste, se dispuso a descargar del interior del vehículo, lo que parecían una serie de fundas pesadas, de las que se utilizan para llevar trajes y que no se ensucien. Entonces, fue cuando comprendió, a lo que se dedicaba su vecino, era comercial de ropa y se pasaba casi todos los días, visitando a los propietarios de tiendas, para enseñarles el muestrario.
Que desconfiado he sido “pensaba Óscar” y se sentía mal por haber dudado, acerca de su vecino y no haberle dado la posibilidad de explicarle, a que se dedicaba, en su debido momento, que era ni más ni menos, que cuando él quisiera.
Pasaron los meses y se acercaban esos días de invierno, en que se vuelve todo gris, frío, los árboles, apenas tienen hojas que mostrar a los que les miramos, encantados durante el resto del año y cómo muchas otras noches en las que Óscar, se acercaba a su ventana para saborear, uno de esos cigarros mentolados, que tanto le gustaban y que le transportaban a un mundo en que desaparecían todas las preocupaciones del día a día, en que el trabajo, la familia y todo lo que rodea a estas dos cosas, pudo ver, cómo una densa niebla, estaba invadiendo toda su calle y apenas se veían los reflejos de las luces de las farolas, que tenía al alcance de su vista, enfrente de su casa. En ese momento, escuchó a lo lejos, el rugir de un motor, que no le era del todo desconocido, era el motor del coche de su vecino, que se acercaba, cómo cada noche, para descargar la mercancía y meterla en el interior del garaje, que era el sitio ideal para guardarla, ya que desde allí, apenas le costaba cargar el coche, que a su vez, se quedaba en la calle, por falta de espacio.
Óscar pensó, que sería buena idea, acercarse a echar una mano a su vecino, para entablar conversación y así conocerle un poquito mejor. Bajó las escaleras de su casa a oscuras, para no despertar a su familia y procurando hacer el menor ruido posible, abrió la puerta de su casa y la del jardín, que era de forja y estaba por completo, llena de las gotas del rocío que estaba dejando la fría madrugada.
Hola vecino, ¿te echo una mano? Parece que lo que estás cogiendo, pesa demasiado. ¿Qué es eso que cuelga de esa bolsa, parece un brazo de…?
Mamá ¿donde está papá? La ventana de la sala de estar está abierta de par en par y sus zapatos todavía están junto a su ropa.

1 ):

JCR dijo...

Timoteo, el nombre ni que pintado y esos cigarros se podrían ver por la ventana.
Muy buena historia.

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